No pasa desapercibido, para nadie, el gran reto que supone para la sociedad actual el cambio climático, cuyos efectos son evidentes. El rango térmico total que experimentamos durante todo el año es más amplio, y los cambios de temperatura, más bruscos. Una situación ante la cual se ha disparado el uso de los equipos de climatización, tanto en el ámbito empresarial e industrial como en el entorno doméstico.
Según la Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización, este sector ha experimentado un crecimiento del 21% solo durante el último año, alcanzando niveles pre pandemia. No obstante, el mercado de la climatización es muy amplio, y la evolución es algo distinta en el ámbito privado y en el ámbito empresarial. Así, a nivel residencial, se registra una variación de cerca del 14%, mientras que en el entorno industrial, es del 24%, aproximadamente.
Sin embargo, la volatilidad del mercado eléctrico y la constante fluctuación de los precios hace que la necesidad de instalar y activar equipos de climatización durante más tiempo en el año se convierta, también, en un gran hándicap económico al que deben hacer frente numerosas empresas y personas.
En este artículo, analizamos cuáles son los principales retos a los que se enfrenta el sector de la climatización de cara a los próximos años, teniendo en cuenta la tendencia evidente hacia un mundo donde el contraste térmico será cada vez mayor.
Retos que debe afrontar el mercado de la climatización
Tal y como hemos adelantado, las estaciones de primavera y otoño están desapareciendo. Así, hemos comprobado cómo, en los últimos años, pasamos del frío más intenso a un calor repentino en muchas partes del país, lo que hace que las empresas y los hogares se vean en la obligación de regular la temperatura con la ayuda de equipos de climatización con los que el contraste se reduzca al máximo.
Esto, a su vez, supone un importante coste económico. No solo por el hecho de utilizar con más frecuencia estos equipos, sino porque el propio precio del mercado ha subido de manera abrupta, y no se prevé una bajada equitativa.
Por otro lado, hay un gran reto común al que todas las empresas deben hacer frente, y en especial, las del sector de climatización. Hablamos del objetivo de descarbonización y la eficiencia energética que se persigue a nivel global, con gran hincapié desde la Unión Europea.
Esto hace que las empresas debamos fabricar e instalar equipos de climatización eficientes y sostenibles que, por un lado, reduzcan las emisiones contaminantes y, por otro, tengan una base más importante en energías renovables. En este sentido, soluciones como la aerotermia o la geotermia, entre otras, están adquiriendo cada vez más peso a nivel industrial, y con el tiempo la previsión es que también lo hagan a nivel particular.
Prevención y salud, otro reto para los equipos de climatización
Además de la cuestión de sostenibilidad y medio ambiente, hay una tercera pata que cobra más relevancia dentro de las instalaciones de equipos de climatización: la higienización del ambiente. No hay que olvidar que otra de las consecuencias indirectas del cambio climático y de la sequía generalizada que vivimos desde hace años es el incremento de personas que sufren alergia al polen y a otras partículas que están en el aire.
Por tanto, los equipos de climatización actuales deben asegurar una adecuada ventilación de los espacios de forma eficiente, para mantener el ambiente siempre filtrado, higiénico y bien ventilado.
Todos estos retos se suman a la penetración de la tecnología y la digitalización, un nuevo escenario al que no escapan las empresas de climatización. De hecho, la conectividad y la gestión del dato puede ser un gran aliado en la búsqueda de eficiencia energética, ya que permite mantener una medición, regulación y control constante de la temperatura en cualquier edificio ahorrando toda la energía que sea posible.
En definitiva, el ámbito de la climatización está en constante evolución y transición hacia un modelo más sostenible y eficiente, en el que la necesidad de atemperar los espacios se está volviendo constante, en lugar de esporádica. Por tanto, debe producirse un doble compromiso.
Por un lado, las empresas deben seguir innovando y desarrollando sistemas eficientes, sostenibles y seguros de climatización. Además, las personas debemos adaptar nuestra cultura de la climatización hacia un escenario en el que prime la responsabilidad energética por encima del bienestar individual.